Editorial N° 62
https://www.ip.gov.py/ip/proponen-que-puente-entre-paraguay-y-argentina-sea-declarado-monumento-historico/
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Puentes
Los puentes – “las puentes” del castellano antiguo decidieron cambiar de género – han sido a lo largo de los siglos estructuras convocantes , objetos fetiches de constructores y poetas , quienes tienen más en común de lo que habitualmente se piensa.
Los puentes se construyen para unir dos puntos que no se encontrarían jamás. Una ciudad con otra, una orilla y la otra. Para cruzar ríos, abismos, rutas. Su musicalidad rima con potente, latente, viviente, creciente, y tanto Neruda como Benedetti, Octavio Paz, Apollinaire, Wordsworth, Hart Crane, Kafka, han escrito especialmente sobre ellos. Los puentes son el conjuro de un encierro, la salida a otro mundo que ha quedado inaccesible.
Leonardo Da Vinci los concibió flexibles, sin junturas y de una fortaleza inquebrantable. Francis Alys los convirtió en instalaciones artísticas con las barcazas en fila sobre la aguas entre Cuba y Florida o las columnas de niños con barquitos en sus manos adentrándose en el mar desde Gibraltar y desde Marruecos hacia la construcción de un puente viviente.
https://malba.org.ar/francis-alys-relato-de-una-negociacion/
Los puentes de arco eran de piedra en la antigua Grecia , fueron de cemento en Roma. Los hay levadizos, colgantes, de tirantes, basculantes, giratorios, de hormigón, de cristal, de madera, de acero, de lianas y raíces de ficus hindúes en Cherrapunji o de hilos incaicos en Qeswachaka. Expuestos a la erosión del tiempo o renacidos en cada temporada.
https://www.youtube.com/watch?v=CH1-wmKD76I
Puentes viaductales o peatonales, para cangrejos o para animales silvestres que no podrían cruzar las rutas a salvo sin las nuevas concepciones ecológicas de la ingeniería.
Tienen una connotación solidaria: tendemos un puente como quien tiende una mano, alguien que se dirige a otro en una relación simétrica: un arco entre un lado y el otro.
La humanidad tiende puentes hacia el futuro: la nutrición infantil, la salud integral, la educación, lo son. Y estos puentes deben ser construidos , transitados, cuidados, conservados, sostenidos como tesoros preciosísimos, como el Puente de Oro de Ba Na, sostenido por esculturales manos gigantes protectoras que asoman por las barandas en el medio de las colinas vietnamitas.
http://time.com/collection/worlds-greatest-places-2018/5366668/golden-bridge-ba-na-hills-vietnam/
Pero el hechizo de los puentes también es atracción para quienes desean huir desesperadamente de la depresión: no conciben atravesar el puente, no logran percibir que llega al otro lado. Temen eso desconocido que atraviesan.
Tanto el Golden Gate de San Francisco o el puente de la Bahía de Sydney como el Puente Amarillo de Ushuaia, han sumado a sus estructuras vallados o redes que impiden la caída al agua de quien se arroje de ellos.
En los puentes de todo el mundo, la desesperanza parece volverse un tema de seguridad. Se trata de que no se suiciden allí. Las barreras físicas parecen funcionar más que los letreros de ayuda y que los teléfonos instalados en los puentes. Pero también funciona la presencia de personal policial, y es novedosa la acción de los activistas mexicanos que han llenado el puente Tampico de mensajes esperanzadores. Refieren haber frenado los suicidios.
No hay psiquiatras en los puentes. Sin embargo la tarea cotidiana muchas veces es tender un puente entre la muerte y la vida, entre el presente y la esperanza, entre el no deseo y una incipiente, minúscula creencia en su renovación. Vamos atando nudos, soldando encuentros, conectando redes ya no de acero, sino de vínculos nutritivos, de sosiego, puentes entre el dolor y el sentido, entre la voz y la palabra, entre la legitimación subjetiva y la realidad.
Apelamos a una variada canasta de recursos, donde más allá de diagnósticos indispensables y fármacos capaces de trocar el futuro de las personas sufrientes, la relación médico-paciente es el marco de oro.
Y por supuesto que los psiquiatras estamos involucrados en una ética del cuidado de los puentes hacia el futuro, en tanto somos parte responsable de la salud pública. Sabemos que volar los puentes de la salud, la educación y la nutrición infantil son actos tanáticos, terrorismos del siglo XXI aún no tipificados que nos interpelan.
Equipo de Sinopsis