El abordaje de los pacientes difíciles en un equipo de terapias múltiples.
Servicio de Psicopatología del Hospital Israelita

Dr. Adolfo Miguel Zonis
Médico. Psiquiatra. Psicoanalista
amzonis1@gmail.com
Full Member of the International Psychoanalytical Association
Miembro Titular de Apdeba (Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires)
Profesor titular de Teoría General del Psicoanálisis IUSAM/APdeBA

Revista Sinopsis

Colección Hospital Israelita EZRAH. Archivo Histórico Fundación IWO.


El autor describe las múltiples facetas del Dr. Ricardo Avenburg, recientemente fallecido, comenzando por su particular biografía, sus originales desarrollos en el campo del psicoanálisis, que constituyó el eje de su identidad profesional, como así también su particular mirada sobre la Salud Mental y sus valiosos y múltiples aportes en distintas instituciones. Su permanente compromiso en paliar el sufrimiento mental, lo estimuló a dedicar enormes esfuerzos en la transmisión de sus conocimientos, asumidos siempre con rigurosidad y especialmente con humildad.

Fue un maestro generoso, con sentido del humor, respetuoso y cordial. Su pensamiento no sufría las presiones de las “modas” teóricas, era un estudioso que, en un determinado momento de la historia del psicoanálisis en la Argentina, reintrodujo la teoría freudiana, tanto en la formación teórica como en la práctica clínica. Pensaba en un Freud vivo y vigente, decía que era su mejor amigo y le gustaba “jugar” con él. Participó en la creación de varias instituciones psicoanalíticas, dirigió un servicio de psiquiatría, escribió numerosos libros participó en innumerables encuentros científicos dentro y fuera de la Argentina e incluso estuvo como Profesor de Psicoterapia en Suecia.

Summary:

The author describes the multiple facets of Dr. Ricardo Avenburg, who has recently died, by starting with his particular biography, his original developments in the psychoanalytic field, which constituted the core of his professional identity, as well as his peculiar point of view about Mental Health and his valuable and multiple contributions in several institutions. His permanent commitment in alleviating the mental suffering, motivated him to dedicate enormous efforts in the transmission of his knowledge, assumed with accuracy and, especially, with humbleness.

He was a generous professor, with a sense of humor, respectful and cordial. His thoughts did not suffer from the pressure of the theoretical “trends”, he was a studious who, in a certain moment of the history of psychoanalysis in Argentina, reintroduced the Freudian theory, both in the theoretical training and the clinical practice. He thought about Freud as he was alive and contemporary, he said he was his best friend and he liked “playing” with him.

He participated in the creation of several psychoanalytical institutions, he directed a psychiatry department, he wrote numerous books, he participated in a vast number of scientific conferences inside and outside Argentina and he even worked as a Psychotherapy Professor in Sweden.

Palabras claves: Biografía. Psicoanálisis. Salud Mental. Instituciones.

Key Words: Biography. Psychoanalysis. Mental Health. Institutions.

Introducción:

Ricardo Avenburg fue mi analista didáctico, en Apdeba (Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires) en los comienzos de esta institución (Apdeba), de la que él era uno de los fundadores (1977) y siguió siéndolo mucho tiempo después, una vez terminada mi formación.

Años más tarde a pedido del entonces presidente de IPA (International Pshycoanalitical Association) R. Hanley, organizamos entre 2011 y 2015 un grupo de investigación respecto de la posibilidad de integración de teorías psicoanalíticas y en el período 2016/2019, nos incluimos en el Área de lecturas Freudianas de Apdeba que se estaba reorganizando.

Señalo estos datos para destacar el recorrido del vínculo con mi querido Maestro Avenburg y mi interés en hacer una reseña de la trascendencia de sus valiosos aportes a la Salud Mental. En términos prácticos, más allá de sus relatos, es sencilla la recolección de información respecto de su trayectoria personal y científica, porque es mucho lo que él mismo escribió. Por ejemplo, en su libro “Psicoanálisis: Perspectivas Teóricas y Clínicas”, (1998) hay varios trabajos relacionados con Salud Mental: “Ensayo de autobiografía psicoanalítica…”, “Desarrollo de mis ideas fundamentales en psicoanálisis”, “Enrique Pichón Riviere Sus enseñanzas a la luz de mi vínculo con él”, “Psiquiatría institucional”, “Salud Mental y psicoanálisis” (Avenburg, 1998).

Publicó varios libros: El Aparato Psíquico y la Realidad (Nueva Visión) 1975 Breve Historia del Pensamiento de Freud (Edit. Claridad) 1995.

Psicoanálisis Perspectivas Teoría y Clínica (Edit. Publikar) 1998 Conversaciones con Freud (Ediciones Biebel) 2014

Conversando con los Maestros (Ediciones Biebel) 2016

Nuevos Diálogos y Reflexiones (Ediciones Biebel) 2017

Datos biográficos

De su biografía es destacable recordar que, hacia finales de la década de 1930, un joven pediatra, Arnaldo Rascovsky y un psiquiatra, Enrique Pichón Rivière, interesados en el estudio de la obra de Freud y ensayando cómo aplicar esos conocimientos para paliar el sufrimiento mental, inician sus respectivos análisis a la llegada de dos analistas, oficialmente formados en Europa. Eran el argentino Celes Cárcamo, formado en la Sociedad Psicoanalítica de París y el español Ángel Garma, en el Instituto de Berlín. Poco tiempo después junto a otros jóvenes colegas fundan la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) en 1942.

Esta digresión es importante, ya que Arnaldo Rascovsky fue el pediatra de Ricardo y Pichón Riviere su primer analista (Camacho, Guardia Canales, 2016).

Ricardo nació el 01/01/1933, en el seno de una familia judía laica de clase media intelectual. En su infancia recibió muchos estímulos en relación a la literatura, los diarios, la música clásica, especialmente la ópera, pero también música popular, los idiomas y la práctica de deportes (Tesone, 2018). Su madre conocía muchos idiomas y lo estimuló en ese sentido. Su hermano menor falleció en la juventud.

Asiste al Colegio Nacional Manuel Belgrano, allí estudia francés y por su interés en la historia aprende latín, y eso lo entusiasma con aprender italiano. En el 4to año del colegio tiene una materia Psicología y como profesor a Marcos Victoria, uno de los fundadores de la carrera de Psicología y un hombre de gran cultura, de él escucha por primera vez los nombres Freud, Adler, Jung. En 1955 a los 22 años se recibe de médico, estaba dos años adelantado (Lasebnik G, comunicación personal, Apdeba).

Psicoanálisis

Desde el comienzo de la carrera se fue interesando por la parte psicológica. En ese momento, en la Facultad de Medicina los profesores eran psiquiatras y contrarios al psicoanálisis (Camacho, Guardia Canales, 2016).

A los 20 años decide analizarse y en su relato, por los motivos de su decisión, señala la búsqueda de otros interlocutores, más allá de amigos, o profesores, dándole un lugar importante a su profesora de música, pero con quién no podía hablar de cuestiones más personales. Relata que su hermano se analizaba con Isabel Luzuriaga, quien era discípula de Pichon Riviere. Ella le sugiere que hable con él. A pesar de no contar con el dinero para pagar las sesiones, Pichon lo aceptó igual como paciente y Ricardo le fue pagando a medida que pudo. “Para mí fue una apertura importantísima y ya ahí me metí. Yo todavía era estudiante” (Camacho, Guardia Canales, 2016).

Junto con su análisis empezó una concurrencia en el Hospital Borda, y asistía a las supervisiones de Pichón en el Servicio donde el jefe era Méndez Mosquera, que era uno de los médicos que trabajó con Pichón en el servicio de adolescentes, antes que lo echaran. Pichón fue su maestro “pero no esos que bajan línea” Después se analizó con Emilio Rodrigué, con quien estuvo otros diez años y lo describe como más clásico pero una persona abierta.

Para los ingleses Argentina era muy importante porque era la única escuela kleiniana, dado que acá hubo todo un desarrollo kleiniano; para Klein era muy importante tomar lugar en Argentina, entonces trató de organizar –institucionalizar: análisis didáctico no menos de cuatro veces por semana, supervisiones una vez por semana, el analizado no puede tener al analista como profesor...etc. El trabajo de finalización de seminarios es sobre “Psicoanálisis aplicado, el análisis de una ópera Peleas y Melisande”. En este trabajo el autor comienza a articular su formación kleiniana, que se va acercando a Freud, integrando sus grandes pasiones, como la música, el psicoanálisis, la literatura y los idiomas (Camacho, Guardia Canales, 2016).

Después de su formación hizo un viraje, porque supervisó con todos los analistas kleinianos, Grinberg, Cesio, Pichón, Liberman también, todos seguían la línea kleiniana. Cárcamo no, pero prácticamente todos los que estaban en APA (Asociación Psicoanalítica Argentina) seguían la línea kleiniana. Supervisó con Bion, no pudo supervisar con Klein, porque murió medio año antes de que él llegara a Inglaterra, Cuando empezó a hacer docencia, retomó la lectura de la obra de Freud. Comenta que Pichón siempre decía que es bueno leer no del principio al final sino empezar por el final y después leer poco a poco para atrás; el principio adquiere otro sentido cuando uno lee algo desde el final. Entonces leyó la obra de Freud comparando las ediciones de López Ballesteros y Ludovico Rosenthal, primero de adelante para atrás y después de atrás para adelante. En el año 60 llegó la traducción al inglés de Strachey, la Standard Edition, “que era una traducción muy –muy– cuidada y con muchas notas; las notas que están todas en la edición de Amorrortu"(Camacho, Guardia Canales, 2016). Leyó a Strachey de adelante para atrás, de atrás para adelante; pero poco a poco fue estudiando alemán también, entonces después leyó a Freud en alemán (Gesammelte Werke) de adelante para atrás, “así que más o menos a Freud lo conozco” (Camacho, Guardia Canales, 2016). En muchas reuniones solía comentar: “Pero yo leo hoy Freud –después de tantos años– y cada vez me sorprendo con cosas nuevas; yo creo que no hay ciencias que se pongan viejas, hay autores que se ponen viejos, pero Freud está vivo... cómo está Platón vivo, no se puede decir: Platón está viejo, Aristóteles está viejo... No, no es viejo, están vivos, son autores vivos”( Camacho, Guardia Canales, 2016).

Revista Sinopsis

Busto de Enrique Pichon-Rivière. Esta efigie se encuentra en el Hospital Borda, donde se erige como símbolo representativo de la "Escuela de Psicoanálisis del Borda". es.wikipedia.org


Cuando Ricardo inicia la relectura de la obra de Freud hace no sólo un acercamiento teórico sino también clínico, como interpretar sueños tal como describe Freud, en “Interpretación de los sueños”, fraccionando el contenido manifiesto y haciendo preguntas sobre cada fragmento. Fue uno de los primeros o el primero en volver a Freud en Argentina.

“con Freud se me abrió de vuelta el mundo cultural de mi adolescencia porque Freud es una apertura a la cultura general, no es transferencia positiva y negativa, es una apertura” (Camacho, Guardia Canales, 2016).

Utiliza la definición de psicoanálisis aceptada por la Asociación Psicoanalítica Internacional: “El término “psicoanálisis” se refiere a una teoría de la estructura y función de la personalidad, la aplicación de esta teoría a otras ramas del conocimiento, y, por último, a una técnica psicoterapéutica específica. Este cuerpo de conocimientos está basado en y deriva de los fundamentales descubrimientos psicológicos realizados por Sigmund Freud” (Avenburg,1998).

La vuelta a Freud generó ciertas disidencias en la institución. Algunos colegas señalaban que el Dr. Avenburg no analizaba, por su modo de concebir la transferencia en el marco analítico. En aquella época, la primacía de la escuela inglesa en Argentina les daba un lugar central a las intervenciones sobre la transferencia, no se podía preguntar, no se podía decir nada más que interpretar, interpretar la transferencia y sobre todo la transferencia negativa, dada la concepción de Klein, que la envidia es expresión del instinto de muerte, y para poder elaborarla hay que elaborar el instinto de muerte a partir de la interpretación de la transferencia negativa.

En reiteradas oportunidades y trabajos, insistía que en el análisis hay una cosa que es fundamental, uno cuando piensa algo en voz baja, piensa, pero, si eso mismo que uno piensa lo dice en voz alta y se escucha a sí mismo decirlo, ya hay una apertura, que a uno le abre nuevas vías de pensamiento. De modo que el hecho mismo de poder acostarse y poder hablar en voz alta de lo que uno piensa, ya eso es terapéutico. Esa es la función del analista: estimular la pregunta. “¿Por qué te pasó esto?” (Camacho, Guardia Canales, 2016).

En mi experiencia personal durante mi análisis didáctico, en la segunda supervisión oficial, mi supervisor, (muy kleiniano) me insistía en que interprete más y pregunte menos. En un ateneo Ricardo presentó un trabajo en el que insistía en el uso de la pregunta como recurso técnico fundamental. A la salida me encuentro con mi supervisor, que tenía mucho sentido del humor y me dice: “No me diga nada Zonis, le voy a devolver todo el dinero de la supervisión”.

El uso de la pregunta como herramienta terapéutica, el trabajo de las transferencias allí donde aparecen y no centradas en la figura del analista son aportes a la técnica absolutamente originales. Otro aporte fundamental tiene que ver con la indagación de la determinación histórica del síntoma y las construcciones en el marco analítico:
br> develar el contenido de verdad histórica, que se perpetuó como realidad psíquica” (...) La historia que debemos construir es una historia que trasciende la simple subjetividad del paciente (o de cada uno de los participantes) así como la simple objetividad de los hechos exteriores. Es una historia que se fue construyendo en una familia al mismo tiempo que se la fue desconociendo y, en tanto tal, fue moldeando a los productores de dicha historia sin que estos mismos lo sepan(Camacho, Guardia Canales, 2016).

Fuera de la Institución psicoanalítica y de su función de analista didáctico, no está de acuerdo en la rigidez del encuadre, en cuanto al número de sesiones (Camacho, Guardia Canales, 2016).

En muchas reuniones científicas, en numerosos escritos y entrevistas, insiste que no se considera un psicoanalista freudiano que, si se considera parte y en un momento dado tal vez pionero, de un movimiento tendiente al redescubrimiento de Freud en la Argentina, a su estudio y revalorización; pero no cree que haya una línea de pensamiento que pueda calificarse como freudiana (Avenburg,1998).

Salud Mental

Para abordar como punto de partida en Salud Mental: toma una definición de Karl Menniger (Comprehensive textbook of Psychiatry) Freedman Kaplan y Sadock 1975).

“Definamos salud mental como la adecuación de los seres humanos al mundo y entre sí con un máximo de efectividad y felicidad. No solo eficacia, o solo contento o la gracia de obedecer las reglas de juego alegremente. Es todas esas cosas juntas, una conducta socialmente considerada y una feliz disposición. Esto, pienso yo, es una mente sana” (Traducción personal, APA noviembre de 1987).

A partir de esta definición, y apoyándose en “El Malestar en la cultura” se pregunta cómo enfrentar los sufrimientos que provienen de estas tres fuentes: la naturaleza en general, el cuerpo propio y la relación con los otros seres humanos. La adecuación del hombre al medio es uno de los ítems de las definiciones de salud mental. Se pregunta si esta adecuación es un fin en sí mismo, o es un medio para lograr, en la realidad y a través de su modificación adecuada, la satisfacción de nuestros deseos que son expresión de nuestras necesidades vitales.

Define el programa del tratamiento psicoanalítico, ante todo como el alivio del sufrimiento, a través de la reafirmación del principio de placer mediado por el de realidad, con el objetivo de la adecuación necesaria para el logro del bienestar. Esto desde la perspectiva del psicoanálisis individual (Avenburg,1998).

Encuentra que el gran aporte del psicoanálisis a la salud mental es la ruptura de la separación entre lo normal y lo patológico, al encontrar el sentido de los síntomas, que devuelve el sentido común que el paciente, su familia y el medio carecían por estar por estar expresados en el síntoma. El sentido común, encubierto por la represión genera un sin-sentido del síntoma (Avenburg,1998).

Para Ricardo el concepto de salud mental, incluye una perspectiva social: el bienestar de una comunidad en relación a sus condiciones de vida y en particular aquellas condiciones que están relacionadas con la enfermedad mental, apuntando a su prevención, a su curación o a la mitigación y posible resolución de las consecuencias de las misma” (Avenburg,1998).

Finalmente, en este trabajo trata de sintetizar el objetivo de un plan de salud mental desde el punto de vista del psicoanálisis. Allí señala que es importante la creación de un contexto para que los ciudadanos puedan aspirar a alcanzar su “máxima potencialidad de acción”. A su vez, indica que la principal dificultad se encuentra en los vínculos de los hombres entre sí, su sufrimiento, en donde las “instituciones cristalizadas” y “sistemas totémicos” no permiten dar curso a “potencialidades eróticas que podrían desintegrarlas” (Avenburg,1998).

Revista Sinopsis

El terapeuta. Rene Magritte ,1937. Wikioo.org


Instituciones

Avenburg fue miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Internacional, fue miembro fundador de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires y de la Sociedad Psicoanalítica del Sur. En el ámbito de la docencia ejerció como profesor titular de Teoría Psicoanalítica en APA, Apdeba y en la Sociedad Psicoanalítica del Sur. Profesor interino de la cátedra Teoría Psicoanalítica Freud, en la Facultad de Psicología de la UBA y fue profesor de Psicoterapia del Instituto de Psicoterapia de Gotemburgo (Suecia). Entre 1978 y 1988 dirigió el Servicio de Psiquiatría del Hospital Israelita Ezra. En el año 2018 recibió la condecoración de Profesor Honorífico de la U.B.A. (Universidad de Buenos Aires).

Uno de los capítulos del libro “Perspectivas teóricas y clínicas”, se llama “Psiquiatría Institucional” donde hace algunas referencias a esa experiencia institucional, organizada desde su marco teórico psicoanalítico. Una de las primeras preocupaciones, era la retribución a los profesionales concurrentes, dado que muy pocos eran rentados, se propuso dar una sólida formación teórica y clínica, pero que no vaya en desmedro de las horas dedicadas a la atención de pacientes. También pone énfasis en la respuesta cuantitativa y cualitativa de la demanda de asistencia hospitalaria.

El mismo respeto por los horarios del paciente que existe en la consulta privada, debe existir en el hospital. El tiempo dedicado a cada paciente, debe ser el necesario, para que después de la primera entrevista el paciente se sienta más aliviado por haber sido escuchado con la suficiente atención y respeto, e incluso llevarse alguna intervención del profesional tratante, que implica la posibilidad de mirarse desde otra perspectiva que la que trae en la consulta por su sintomatología.

También señala la importancia de modificar la actitud de la atención en consultorio, respecto de la indicación de terapias individuales, aprovechando la posibilidad del trabajo en equipo. El psicoanálisis deja de ser un fin en sí mismo, al que el paciente se debe adecuar, para ser un medio para aliviar el sufrimiento humano, partiendo de sus manifestaciones clínicas. Pone mucho el acento en el respeto al paciente, que no siempre ocurre en la práctica hospitalaria, “ (...) donde el paciente espera cinco horas para ser atendido en cinco minutos” (Avenburg,1998). En ese sentido la calidad de la prestación depende de una adecuada organización administrativa y allí los médicos sienten como una carga en la que en general hay dificultades para manejarse con idoneidad. “Debería ser una actividad en la que haya una especialización en Administración Psiquiátrica y estar bien remunerada por el hospital” (Avenburg,1998).

Bibliografía: