Editorial N° 66

Revista Sinopsis



El hambre. Los femicidios. La trata de personas. Los millones de desplazados errantes y desterrados condenados a huir de guerras sin fin. El hambre. El narcotráfico. La nieve grisácea, los parques de cemento. El hambre. Los ríos desecados o contaminados, los mares con islas de residuos plásticos. Las patotas asesinas. El hambre. Los desiertos en expansión. La falta de agua potable. La falta de simplemente agua.

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Marcha del Hambre en Copenhague By Jens Galschiøt - http://www.aidoh.dk/, GFDL, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=18269976


La pandemia continúa, más allá de los negacionismos ingenuos o intencionados, en esta distopía eternizada que altera profundamente conceptos como la vida cotidiana o el concepto de sentido común, que tal como ya advertían los teóricos, no tiene nada de racional ni coherente (¿fuimos capaces de creer que el virus distinguía entre niños y adultos?, ¿fuimos capaces de creer que el virus llegaba a todas las superficies sin circular por el aire? ¿fuimos capaces de creer que el sufrimiento sacaría lo mejor de la humanidad…?)

Lo contemporáneo nos dejó perplejos y se convirtió en una materia de estudio interdisciplinar en múltiples ámbitos.

No tenemos tan claro qué es lo actual. Presente y futuro se acoplaron vertiginosamente: la destrucción no se revierte en el ritmo previsto. No tenemos claro qué es realidad y qué es efecto de realidad, confundimos lo verosímil con lo verdadero hasta un punto tan exasperante que Aristóteles volvería de la tumba con su Retórica en mano.

La pandemia corrió el velo: se llamaba normalidad a una negación sistemática de la destrucción que se estaba llevando a cabo en nuestro mundo. Se llamaba normalidad a la producción de desastres ecológicos por anormal administración humana de los recursos naturales. Se llamaba normalidad a un aumento vertiginoso de la pobreza en países víctimas de las sequías y desertificaciones producidas por decisiones humanas. Se llamaba normalidad a lucrar con la salud de los seres humanos mercantilizando vacunas: egoísmo cortoplacista que como boomerang devino en Omicron.

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Lecho del Paraná descubierto. https://www.versionrosario.com/bajante-del-rio-parana/en-rosario-el-rio-parana-registra-una-las-marcas-mas-bajas-todo-su-trayecto-n6097


No vivíamos en una normalidad cuando negábamos la responsabilidad por el otro como si fuéramos niños.

Este es sólo un bosquejo con pinceladas escasas del marco de la realidad del psiquiatra actual y de sus pacientes. Son los contextos de los padecimientos globales que replican tragedias en la microcotidianeidad. La psicopatología va tomando la forma epocal y clama por narrativas liberadoras y subjetivantes.

Las soledades se tornaron abismales (patologías de la soledad). La intolerancia y rechazo del otro crecieron desmesuradamente (patologías del odio). Las tensiones de las convivencias forzadas comenzaron a estallar (patologías de la falta de espacios íntimos). Las violencias reprimidas e insublimables emergieron a la par de los volcanes de las islas del Atlántico, los neo formatos de atención en salud mental comenzaron a saturar la capacidad de virtualización de los vínculos.

Nosotros,psiquiatras, trabajamos en un obvio desnaturalizar mitos y creencias, y en esa ardua tarea de intervenir el lenguaje nos encontramos desnaturalizando…la Naturaleza! Claro que ya no se trata de desastres naturales, sino de efectos de la acción humana naturalizados. Ya no podemos callar la responsabilidad humana en la rebelión de la Madre Tierra, desprotegida por los dioses de la antigüedad y atacada sistemáticamente por la voracidad mercantilista ajena a bosques sagrados y sin los castigos que recibiera Agamenón por cazar en ellos. Hipócrates ya advertía sobre el medio ambiente y su influencia en las enfermedades y tratamientos.

El 8 de octubre de este año, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reconoció en una resolución histórica (48/13) el acceso a un medio ambiente saludable y sostenible como un derecho humano universal, con 43 votos a favor y 4 abstenciones. Logro del trabajo de muchos años de más de 1000 organizaciones. Se espera que la Asamblea General de Naciones Unidas apruebe una resolución general similar en el 2022.

El derecho a un medio ambiente saludable, el derecho a la paz y el derecho al desarrollo sostenido entre otros, han sido incluidos como derechos de tercera generación en la actualización de la Declaración Universal de los DDHH de 1948, vinculados a valores como la solidaridad

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https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:TENEMOS_QUE_CUIDAR_EL_MEDIO_AMBIENTE.jpeg


La relación entre medio ambiente y salud mental estuvo tradicionalmente ligada a los efectos que los contaminantes físicos del aire, el suelo, el agua tienen sobre la salud mental y el neurodesarrollo. Sin embargo, cada vez es más evidente que los climas sociales y el cambio climático se relacionan, ya se habla de contaminantes sociales (el odio, las fake news) y no solo de determinantes sociales de la salud.

Al campo de la salud mental no le concierne solo los padecimientos y las enfermedades, sino también las insalubridades. Todos los factores que alteran la convivencia comunitaria, o la seguridad ontológica cotidiana de una comunidad, como la inequidad, la injusticia, el hambre y la marginación privan a las personas de un medio ambiente saludable.

Sin un medio ambiente saludable no hay salud mental sustentable. Recién en el 2015 la salud mental fue incluida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Un ambiente saludable comienza por un clima de paz, tanto en el entorno del bebé - su madre primero, su familia y sus grupos después - como en el entorno de los grupos humanos, donde la confianza en el cuidado que la sociedad puede brindar, donde la percepción y el cultivo de la solidaridad hace que los individuos puedan tener la disponibilidad y la perspectiva de cuidar a su vez a su entorno.

Es por esto que releer el Principio de Responsabilidad de Hans Jonas, o la Ética del Cuidado de Carol Gilligan, más allá de una ética de la justicia, nos permite visualizar un magma de intersubjetividades en el campo social en el que deberemos trabajar muchísimo quienes pertenecemos al campo de la salud mental en los años venideros si queremos aportar al cuidado de las generaciones futuras en nuestro planeta desmadrado.

Las Naciones Unidas pusieron sobre el tapete la importancia de la Salud Mental. La pandemia logró que los psiquiatras ocuparan un lugar de visibilidad en los medios. No solo porque las consultas aumentaron exponencialmente, sino porque los medios - medio ambiente de las subjetividades - permiten intervenciones en los imaginarios sociales: tarea de significación esencial y constante; de reparación, alivio y sostén de la población. Siembra de solidaridad y esperanza, trabajo sobre el misoneísmo popular, articulación de las subjetividades a la carne que las sostiene, diferenciación entre el discurso de un sujeto y el discurrir verbal provocado por la enfermedad que desubjetiva a la persona. Desenmascarar los odios que subyacen en la indiferencia al hambre, las condenas injustas a los pobres, la descalificación de los vulnerables, trabajar con el medio ambiente del sujeto que viene a consulta implica una semiología comprometida con la apuesta por la vida y que no niega los elementos del contexto.

La inclusión de la dimensión social y antropológica del sujeto ubica al psiquiatra del siglo XXI en una posición compleja y clave en el equipo de Salud Pública.

Durante la pandemia, surgió en APSA el Grupo de Trabajo sobre Salud Mental Ambiental y Urbana, de cara al futuro.

Integrar el cuidado de la salud mental al cuidado del entorno y del medio ambiente, articular el cuidado del clima entre grupos humanos al cuidado del clima planetario es la construcción de la paz. Otro paso del cambio de paradigma.

Un nuevo número de Sinopsis nos llena de satisfacción. La comunidad de APSA continúa de pié produciendo y transmitiendo saberes y experiencias sin descanso, en un coro de voces cada vez más consolidado.

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Paraná de las Palmas. Foto de Lidia González, diciembre 2021


María de los Angeles López Geist


Presentación del número 66 de Revista Sinopsis

Compartimos con las y los lectores los artículos que podrán encontrar en este número cuyo editorial intenta ubicar el entorno del psiquiatra actual.

En la Sección Investigación en Psiquiatría se encuentra un poster presentado por colegas argentinos en la American Psychiatric Association sobre Condiciones Laborales de los Psiquiatras Argentinos por género. Los integrantes de la Cátedra de Psicofarmacología del Instituto Superior de Formación de Postgrado de APSA presentan: Confusores en el diagnóstico psiquiátrico: la epilepsia.
En esta oportunidad la columna del Dr. Daniel Serrani aborda:El empleo del Índice de cambio clínicamente significativo para evaluar resultados de tratamientos. Ventajas y desventajas.

En la Sección Clínica compartida contamos con el posicionamiento de Psiquiatrxs en red en un artículo sobre Patologización, “discapacitación” y “terapeutización” en el Autismo, que abrirá el debate entre colegas.

En la Sección Entrevistas, Alexis Caporale, experto en nuevas tecnologías y mitigación contra el cambio climático, habla de energías renovables y el Dr. Leonardo Peskin, sobre la importancia del psicoanálisis para la formación y la práctica de la psiquiatría.

En Perfiles de la Psiquiatría Argentina, se ha dado lugar a una serie de artículos centrados en las contribuciones del Dr. Ricardo Avenburg a la Salud Mental, donde se ilustran distintas facetas de su labor profesional como psiquiatra y psicoanalista. Cabe dejar constancia del fenómeno despertado por Ricardo Avenburg: un alud de agradecidos colegas deseaba plasmar lo compartido con él. Una muestra del efecto de marca que ciertos maestros tienen aún en generaciones siguientes y del maravilloso deseo de transmisión que genera una buena siembra.

Se seleccionaron ocho aportes cuyos autores son : Mirta Avarado, Liliana Herrendorf, Jaime Millonschik y Sergio Rojtenberg; Mirta Braier; Marta Cosentino de Lifschitz; Liliana Manguel, Marcelo Marmer, Susana Ragatke y Beatriz Roguim; Teresa Nora Popiloff; Jorge Garbarino y Viviana Peskin; Benjamin Uzorkis; Adolfo Miguel Zonis. Destacamos la dedicación y entusiasmo de Sergio Rojtenberg en la convocatoria/homenaje.

En la Sección Letras y Psiquiatras, encontramos la reseña de tres libros:
El goce del cuerpo y el dolor de existir. Aportes para una interrogación psicoanalítica de esta experiencia de Claudio Dualde entrevistado por Diana Berrio, Cuentosciertos en la espera, última obra de Sergio Rojtenberg , además de su cuento Un nene con un autito rojo.

Arte y Salud. Apuntes sobre teoría y clínica de Daniel Izrailit y Jimena Fernández que compilaron la tarea de un equipo que trasciende el capítulo al que pertenecen.

Clínica y ficción. Magnetizado. Una lectura del libro de Ricardo Busqued a cargo de Alejandro Brain, Luciana da Silva y Rodrigo Videtta.

El artista visual y fotógrafo Eduardo Gil fue entrevistado por Mirta Groshaus, de la Dirección de Arte de Sinopsis.

Finalmente, la Sección Capítulos de APSA entrevistó al Capítulo de Arte y Salud, al Capítulo Interfase Neurociencia - Psicoterapias, y al Capítulo de Psicofarmacología.