Entrevista a Lic. Clara Szpindel (CS), Coordinadora de Grupos del Hospital Nacional en Red Lic. Laura Bonaparte, y Lic. Yanina Safirztein (YS), Jefa del Servicio Ambulatorio del Hospital Nacional en Red Lic. Laura Bonaparte.
Entrevistadora: Dra. Valeria Mendizabal (VM).
En la presente entrevista se exploran las características del Dispositivo de Grupos y los efectos y adaptaciones necesarias en el contexto de la pandemia.
VM: ¿Cuándo comenzaron a implementar el dispositivo de Grupos en el Hospital Nacional en Red Laura Bonaparte?
Clara Szpindel (CS): Desde el año 2014 comenzaron a funcionar en el hospital los grupos de espera, pensados para dar respuesta a la alta demanda de tratamientos. En el año 2013 asumió la dirección del Hospital la Lic. Edith Benedetti y se creó el dispositivo de ADE (Atención a la demanda espontánea). Allí se recibe a los pacientes de manera interdisciplinaria en una franja horaria amplia, de 8 a 20 hs, y según su problemática y singularidad, son derivados a los diferentes dispositivos del hospital o a otros efectores. En el tránsito hacia los dispositivos de consultorios externos u hospital de día, se propone a los pacientes participar en los grupos.
Los grupos funcionan todos los días, están coordinados por profesionales del dispositivo de ADE y participan entre 8 y 15 pacientes.
Yanina Safirztein (YS): En la actualidad, por razones sanitarias, los grupos no se están realizando. Los pacientes que se encontraban participando de los mismos, concurren de manera individual y mantienen entrevistas con alguno de los equipos interdisciplinarios de ADE.
VM: ¿Desde qué posición conceptual se trabaja con las personas con consumos problemáticos en los grupos y en los distintos espacios del Hospital?
CS: Los pacientes que concurren por problemática de consumo suelen ser sujetos de acción y de poca palabra, muchas veces traídos por un familiar o por la Justicia. En ese contexto nuestra propuesta es que puedan reflexionar acerca de lo que les pasa, apostamos a que hay un padecimiento otro, que no es el consumo, y que en muchas ocasiones es lo que los lleva al consumo.
Para nosotros, que una persona consuma no significa que sea una adicta, aún cuando así son nominados por la familia o la Justicia, e incluso por muchos otros profesionales de la salud mental. Se hace necesario sortear ese estigma para poder discernir qué problema, qué padecimiento aqueja a esa persona.
Tampoco podemos ignorar que trabajamos con pacientes con problemas socio-familiares y económicos de mucha dificultad y que en la mayoría de los casos han sido vulnerados sus derechos.
Trabajamos con el modelo de reducción de riesgo y daño. El consumo problemático es la consecuencia, la punta del iceberg de las dificultades para arreglárselas en la vida. El consumo aparece muchas veces como un intento de colmar, huir, anestesiar y evitar.
VM:¿Cómo se selecciona o dividen los grupos, por edad o sexo?
CS:Las personas eligen el grupo al cual venir según su disponibilidad horaria. En los casos en los que lo consideremos oportuno, podemos proponer a los pacientes asistir más de una vez por semana. En otras ocasiones, son ellos mismos los que solicitan concurrir con mayor frecuencia. Los grupos no se organizan ni por sexo ni por edad.
VM: ¿Cómo evalúan la adherencia al tratamiento en el dispositivo grupal? ¿Cuáles son las mayores dificultades con las que se encuentran?
CS: Los grupos funcionan como una primera transferencia a la Institución, es un espacio amigable, que abre la puerta a un modo distinto de mirarse y pensarse. Los pacientes insisten en venir, aun cuando a veces los grupos están al límite de su cantidad de participantes. Lo que sucede en ocasiones es que en el caso que tengan una “recaída”, como la llaman ellos, dejan de venir. Sin embargo, como saben que los volvemos a recibir, vuelven.
Los grupos funcionan todos los días, y los pacientes pueden asistir al horario que ellos elijan. Entendemos este dispositivo como un dispositivo de umbral mínimo de exigencia, flexible. Esto da muchos y buenos resultados. La rigidez de los encuadres provoca, muchas veces, que los pacientes abandonen los tratamientos.
YS: Muchos pacientes con problemáticas de consumo vienen al hospital con la idea de internarse. Creen, porque durante muchos años se trabajó así, y aún se sigue trabajando en otros lugares de ese modo, que el tratamiento adecuado es la internación. El hospital funciona como órgano rector de la Ley Nacional de Salud Mental. Se debe siempre intentar brindar un tratamiento ambulatorio antes de considerar la alternativa de una internación. Desarmar la demanda de la internación como único tratamiento posible es una tarea ardua, pero es la tarea que debemos llevar adelante.
Por otro lado, se hace necesario también trabajar estas cuestiones con las familias y referentes afectivos de los pacientes, que muchas veces se sienten desbordados por las problemáticas de los pacientes.
Tanto en ADE como en el dispositivo de consultorios externos, ofrecemos orientación individual a familiares y desde allí trabajamos sobre el modo de abordaje de estas problemáticas.
CS: Hay dos cuestiones que para nosotros son de suma importancia y guían nuestra práctica institucional. Una es la accesibilidad disponible. Viene gente del conurbano, gente del interior, porque al brindar distintos horarios, disminuimos la dificultad de acceso. El clima de amabilidad y de compartir con otros en el espacio grupal sostiene la adherencia. A veces vuelven a consumir excesivamente, pero vuelven y se los readmite. Ese es un momento crucial y posibilita el reinicio del tratamiento.
La identificación en lo grupal sostiene a cada integrante.
La otra es el trabajo sobre la singularidad de cada quien, donde cada uno tramita sus dificultades desde su propia historia de vida. El respeto por la historia de cada quien también promueve adherencia.
El sujeto concurre al grupo y expresa,” viví un poco mejor”,” no gasté dinero consumiendo”. Y no es a través del consumo que se vive mejor. Es un mito “me curé porque dejé de consumir”.
YS: Con la consulta “Vengo por el consumo”, los terapeutas proponen ir más allá de esa frase y a lo largo de la entrevista o luego en el espacio grupal se comienzan a abrir otras cuestiones que producen su malestar. El problema no es el consumo sino su malestar psíquico.
Escuchamos que consumen para estar anestesiados, tolerar situaciones traumáticas. Esperamos que concurran para sentirse mejor. Lo que parecía placentero, en exceso, termina siendo displacentero.
Las consignas en el grupo son que en el mismo no se participa en situación de consumo, y si se produce una situación de extrema violencia, la persona debe retirarse del grupo.
CS: Contamos además con dos grupos que se plantean desde otra perspectiva. Uno de ellos es un grupo de pacientes con padecimientos graves, coordinado por una psicóloga y un psiquiatra. Es un grupo estable de alrededor de 8 pacientes que presentan una mayor dificultad en el lazo social, en el diálogo con otros y la reflexión.
El otro grupo está integrado únicamente por pacientes mujeres, y es coordinado por una psicóloga y una trabajadora social. Allí se trabaja especialmente sobre la temática de violencia de género.
Consideramos que un abordaje grupal puede crear cierta posibilidad de lazo con los otros, mediatizado por una coordinación que pueda direccionar el intercambio.
VM:¿Cuáles son las respuestas del área de Salud Mental y el apoyo psicosocial frente a la emergencia del Covid-19 y los cuidados que se están realizando frente a esta realidad?
YS: El Hospital Nacional en Red Lic. Laura Bonaparte depende del Ministerio de Salud Nacional, por lo tanto, se trabaja con protocolos definidos de Nación. Tanto los trabajadores como los pacientes que vienen a la consulta recibimos todas las medidas de protección, además de realizar el control febril y cumplir con la distancia interpersonal.
Se implementa un modo de organización donde los profesionales concurren en distintos días y horarios cubriendo todos los horarios de atención. Al momento de la entrevista no hubo compañeros afectados por el virus.
En el contexto de la pandemia por Covid19 y del aislamiento social, preventivo y obligatorio, el hospital debió implementar nuevos modos de abordaje y nuevas prácticas para poder continuar brindando una atención adecuada a nuestros pacientes. En ese sentido, se creó un comité de emergencia en el cual participan profesionales de todos los dispositivos de la institución. Se abrieron dos líneas de atención telefónica, una para adultos y otra para niñas, niños y adolescentes y orientación a familias. Ambas líneas funcionan los siete días de la semana y brindan orientación y asistencia a todas las personas que consultan.
Por otro lado, se comenzaron a realizar intervenciones en domicilio y hogares para aquellos pacientes que, por diversas razones, no pueden acercarse al hospital. Los equipos móviles salen a diario a diversas zonas de la Ciudad y el Gran Buenos Aires. En ambos casos, el de las líneas telefónicas y la atención domiciliaria, consideramos que son nuevos modos de abordaje que llegaron en este contexto al hospital, pero que probablemente van a quedarse más allá de la pandemia, porque se evidencia lo enriquecedor y favorable que resultan estas prácticas para los tratamientos de nuestros pacientes.
Todos los dispositivos del Hospital, Internación, Hospital de Día, Consultorios Externos, siguen atendiendo tomando las medidas de cuidado y protección que establecen los protocolos del Ministerio de Salud de la Nación.
Asimismo, desde el Área de Formación y Capacitación, se trabaja fuertemente con Cursos y Conferencias virtuales. Uno de los cursos es Dispositivo de Grupos en el Hospital Nacional en Red, donde trabajamos aspectos conceptuales y técnicos del abordaje en grupos con los pacientes con consumo problemático. En dichas actividades participan profesionales y equipos de salud de todo el país, permitiendo un intercambio muy intenso y fructífero para todos.
Lic. Clara Szpindel In Memoriam