Entrevista al Capítulo de Psicofarmacología
Entrevista a cargo de la Dra Myriam Monczor
Integrantes del capítulo entrevistados: Laura Lorenzo (Presidenta), Analía Espiño, Damián Gargoloff y Rubén Barenbaum
Miembros del Capítulo de Psicofarmacología. XXXIV Congreso de APSA.
Myriam Monczor (MM): Éste Capítulo tiene una historia larga en APSA y de mucha producción. ¿Cómo están trabajando actualmente?
Laura Lorenzo (LL): Sí. El Capítulo de Psicofarmacología tiene una larga trayectoria de trabajo y producción, que hemos tratado de conservar y adaptar durante estos tiempos de pandemia. Actualmente mantenemos nuestro espacio de actividad los últimos sábados de cada mes, de 10.00 a 12.00 horas, en el que organizamos encuentros sobre diferentes temas de interés en relación a la psicofarmacoterapia desde perspectivas novedosas y aplicables a la práctica. Solemos invitar colegas para cubrir estos aspectos de modo de ampliar nuestra perspectiva. La actividad es de acceso libre y el intercambio con quienes participan es muy enriquecedor.
Analía Espiño (AE): Cuando comenzó la pandemia, como otros años, teníamos gran parte de nuestras actividades organizadas. El XXXV Congreso de APSA estaba listo y contaba con nuestro aporte: un simposio sobre psicofármacos en el hospital público, un curso (Psicofarmacoterapia a largo plazo: evidencia, experiencia y preferencia) y la clásica mesa intercapitular con el PEF. Las actividades del último sábado del mes del Capítulo estaban organizadas hasta el mes de septiembre. Nuestro curso anual sobre “Manejo de Efectos Adversos en Psicofarmacología” con un formato novedoso, más práctico e interactivo, había sido aprobado para su formato presencial con un máximo de 40 inscriptos. Por último, nuestras jornadas anuales no podían faltar, si bien no habíamos seleccionado la temática sabíamos que ya teníamos espacio reservado como todos los años en Paseo La Plaza.
Nunca pensamos que íbamos a tener que adaptarnos tan rápidamente, el Congreso se pospuso para septiembre, nuestra primera actividad del año a principios de abril encontró lugar en el formato virtual y funcionó con más de 100 asistentes. Rápidamente, la virtualidad nos acercó y le permitió asistir a muchas personas de distintos puntos del país.
Las reuniones de la Comisión pasaron del “bar de la esquina de APSA” al living de cada una de nuestras casas, “Parece que la cuarentena viene para largo” decíamos y tuvimos que adaptar el curso. Propusimos nuestro curso en formato virtual y en vivo, con presencia simultánea de docentes y participantes. Del cupo máximo previsto para el formato presencial de 40, superamos los 150 inscriptos y llegamos a todo el país. Desde el Capítulo, algunos de los integrantes de la comisión directiva (me incluyo) nos resistíamos a la virtualidad previa a la pandemia, creemos que la misma aceleró los tiempos y nos enseñó a amigarnos con la virtualidad.
Y luego había que adaptar las Jornadas, nada de sala en Paseo la Plaza, cada uno desde su casa, con plataforma virtual. Fueron un éxito las Primeras Jornadas Virtuales del Capítulo de Psicofarmacología, no solo por los disertantes de primer nivel, sino también por la cantidad de participantes, más de 1000 inscriptos de todo el país. También participamos del Primer Congreso Virtual de APSA, en nuestra mesa todos los integrantes del capítulo pudimos interactuar con el público.
Al finalizar el 2020, concluimos que logramos adaptarnos como Capítulo a transitar esta pandemia sin perder nuestros objetivos académicos y nuestros espacios de intercambio.
Rubén Barenbaum (RB): En lo virtual vimos en los cursos una gran cantidad de colegas que no estaban habitualmente interesados en lo psicofarmacológico, y que se acercaron desde esta modalidad.
MM: ¿Seguirá la docencia virtual? ¿Será híbrida presencial - virtual?
AE: Yo extraño la docencia presencial.
MM: ¿Con qué cambios se encuentran actualmente en la clínica en pandemia?
LL: Noto algunas cuestiones por el impacto de la incertidumbre, por la falta de estímulos y socialización de los adultos mayores, impacto en pacientes con psicosis, aumento de depresión y ansiedad.
MM: ¿Piensan que hay un cambio de paradigma en relación al tratamiento psicofarmacológico?
Damián Gargoloff (DG): Venimos trabajando el cambio de paradigma. Hay tres cosas importantes: la deprescripción, el tratamiento a largo plazo y la decisión compartida con el paciente. La deprescripción sobre todo en adultos mayores, y en pacientes con depresión, ansiedad, psicosis. Es el contrabalance de la antipsiquiatría: es racional y sin prejuicios.
LL: Estamos considerando nuevos objetivos de los tratamientos. Por ejemplo con ketamina, esketamina, psilocibina, neuroesteroides. Una ampliación posible de los mecanismos de acción y de los objetivos que nos permita entender mejor los tratamientos.
MM: ¡Qué buena la flexibilización de la mirada! Los criterios clásicos, más rígidos, nos protegían más a nosotros, pero para los pacientes esto es mejor seguramente.
“Happy Pills” cartera colección 2011 diseñada por Jeremy Scott.
Referencia LONGCHAMP Paris, www.longchamp.com
LL: Es un desafío. Quizás menos sea más. Hay que plantearse nuevas alternativas.
DG: La medicina de precisión es lo que se pretende pero estamos lejos. Los sistemas clasificatorios van por otro lado; biomarcadores todavía no hay.
RB: Volvemos a que la clínica es soberana.
LL: Estamos sumando el criterio clínico a la evidencia y las decisiones compartidas.
MM: ¿Contamos con nuevos fármacos?
RB: Muy pocos: cariprazina, pimavanserina, brexpiprazol. En la década del 90 y principios del 2000 había más investigación.
LL: Salió la brexanolona, fármaco específico para la depresión postparto. Es un derivado de la alopregnenolona y actúa sobre los neuroesteroides. No la tenemos en el país.
DG: Se está investigando. La ketamina es lo más nuevo, y es compleja. Tengo experiencia y “ni”. Quizás porque uno selecciona los pacientes que ya anduvieron mal en los tratamientos anteriores.
MM: ¿Qué temas trabajaron en el curso Manejo psicofarmacológico de situaciones clínicas complejas?
LL: El curso está planteado no sólo en relación a pacientes con resistencia farmacológica sino una perspectiva más amplia: pacientes con comorbilidad con trastornos psiquiátricos, o con cuestiones del eje II o con comorbilidades médicas; o pacientes con contexto social desfavorable o alguna coyuntura personal difícil. Con posterior discusión e intercambio.
MM: ¿Alguna anécdota del capítulo?
RB: Ingresé al Capítulo en el año 1996. El presidente era Alejandro Lagomarsino. El 18 de junio se cumplen 10 años del fallecimiento de nuestro querido maestro Alejandro. Va mi homenaje al fundador y creador de FUBIPA, y a quien fuera el titular de la Cátedra de Psicofarmacología del Instituto de APSA. Su condición de excelente docente influyó en todos los que compartimos con él la Cátedra. Alejandro fue el primero que nos cambió la cabeza en relación al trastorno bipolar. Recuerdo que cuando fue Presidente del Capítulo de Psicofarmacología, en una reunión en APSA, un sábado de 1997, trajo un ejemplar impreso del American Journal y nos agolpábamos para escucharlo. No había posibilidad en esa época de acceder a la información por internet. Era una novedad absoluta leer un artículo del American Journal. No había internet ni COVID, y nos agolpábamos en esas jornadas inolvidables. Un recuerdo afectuoso para el entrañable Alejandro.”
MM: ¿Tienen planificadas actividades de docencia?
LL: A principios de agosto hemos hecho las Segundas Jornadas Virtuales, es decir, la versión virtual de nuestras clásicas jornadas anuales. Nuestra propuesta estuvo relacionada con las nuevas tendencias en psicofarmacoterapia revisando la aparición de nuevos fármacos pero también el concepto de deprescripción. El desafío de pensar: ¿más fármacos o menos fármacos? Y ya estamos empezando a pensar la actividad para el año que viene.
DG: Estamos convocando a colegas argentinos que trabajan en otros países para ver cómo piensan la psicofarmacología en otros sistemas de salud; ver cómo estamos parados.
MM: Muy buenos proyectos. Gracias a todos por participar en ésta entrevista. Siempre es muy bueno hacer redes con colegas dentro y fuera de APSA. ¡Cariños!