Pandemia desde una perspectiva de Derechos y Salud Pública

Capítulo Salud Mental, Emergencias Sociales y Derechos Humanos, APSA-Parte 2.

El presente texto fue elaborado por los integrantes del Capítulo como argumento para el video presentado en el Primer Congreso Virtual de APSA. Agosto-2020

Acceso al video presentado en el Congreso: Ver video.

Autores:
Mariana Lagos, Psiquiatra, CABA, Darío Lagos, Psiquiatra, CABA, Diana Kordon, Psiquiatra, CABA, Juan Carlos Turnes, Psiquiatra, Mar del Plata, Lucila Edelman, Psiquiatra, CABA, María del Carmen Beltrán, Psiquiatra, Buenos Aires, Claudia Selener, Psiquiatra, CABA, Nicolas Cuaranta, Psiquiatra, Santa Fe, Silvina Rivilli, Psiquiatra, Córdoba, Beatriz Abram, Psiquiatra, Tucumán, Miguel Castillo, Psiquiatra, Tucumán. Laura Müller, Psiquiatra, Mendoza, Enrique Stola, Psiquiatra, CABA, Gustavo Apreda, Psiquiatra, La Plata, Florencia Mouriño, Psicóloga, CABA, Silvana Bekerman, Psiquiatra, CABA, Gabriela Enia, Psiquiatra, CABA, Nicasio García, Psiquiatra, Santo Tomé, Santa Fe, Mónica Aguillé, Psiquiatra, CABA, Pablo Cutrera, Psiquiatra, La Plata, Analía Zanatta, Psiquiatra, La Plata, Miguel Angel de Boer, Psiquiatra, Comodoro Rivadavia, Luis Maria Pirro, Psiquiatra, Entre Ríos, Verónica Schrage, Psiquiatra, CABA, Graciela Taquela,Villa María, psicóloga, Córdoba.

1 - Agrupamiento, crecimiento y federalización del Capítulo.

Desde el Capítulo de Salud Mental, Derechos Humanos y Emergencias Sociales de APSA nos proponemos elaborar una narrativa posible en tiempos de pandemia.
Queremos compartir algunas variables de nuestro propio devenir en el Capítulo como fenómenos subjetivos que forman parte de los modos de afrontar este periodo inédito, complejo y difícil a nivel global.
Uno de los primeros movimientos que se produjo fue el deseo de varios colegas de sumarse al Capítulo, promoviendo el agrupamiento, el intercambio generacional, la participación federal, los relatos de la intimidad y de experiencias personales. En estos espacios se crearon otros modos de acercarnos, de compartir y construir confianza.
Fueron encuentros emotivos, cargados de compromiso y entrega que nos gratificaron y apuntalaron fuertemente, en especial en los primeros tiempos de pandemia. Que afianzaron nuestras pertenencias e identidad, y reafirmaron valores compartidos y una ética común.
Este video es producto de una construcción colectiva y federal que da cuenta del desarrollo y trabajo clínico y psicosocial desde nuestro campo específico de acción.
Haremos una recorrida por algunos de los ejes identificados en los que venimos interviniendo.
Esperamos aportar desde nuestro Capítulo a una asociación científica, democrática, plural, con perspectiva de género e inclusiva, con sensibilidad social y atenta a la defensa de los derechos humanos, que sea protagonista de este difícil momento histórico a nivel mundial.

2 - Reconocimiento y homenaje.

Saludamos con emoción a todos los trabajadores de la salud que, a lo largo y ancho del país, asumen el compromiso de poner la profesión al servicio de las necesidades de nuestro pueblo. En las condiciones extremadamente difíciles que impone la pandemia, con enorme escasez de recursos a raíz del deterioro del aparato sanitario, y afrontando riesgos sobre su propia vida y salud, emprenden cada día la tarea de cuidar la salud de todxs.
Rendimos nuestro profundo reconocimiento y homenaje a todos aquellos que han perdido la vida en el curso de esta esforzada tarea solidaria.

3 - Subjetividad y Pandemia.

Lo inimaginable se hizo presente. La pandemia nos enfrenta a escala planetaria con nuestra propia vulnerabilidad. Los fantasmas de la muerte se transforman en posibilidades reales. La zozobra sostiene el presente, y se refuerza el interrogante del qué vendrá.
La afectación nos atraviesa a todos y todas, pero no es igual para todxs. El síntoma más terrible del mundo contemporáneo quedó al desnudo: la desigualdad socioeconómica, sanitaria y habitacional entre los de arriba y los de abajo, y también entre el Norte y el Sur.
Nos interesa resaltar la importancia de la comunicación y las representaciones sociales que se construyen.
Señalamos desde el comienzo que el distanciamiento físico no es aislamiento social.
Frente al distanciamiento físico, no es lo mismo estar tomados por la angustia de soledad y por las vivencias de aislamiento, que saber internamente que tenemos otrx, otrxs, con quienes compartimos el cuidado, ansiedades y esperanzas...
A medida que el tiempo avanza, la incertidumbre es fuente de sufrimiento subjetivo, si bien ese sufrimiento no significa enfermedad.
El contacto corporal es un aspecto interno de nuestra subjetividad. En nuestra cultura el abrazo, el beso, definen fraternidad. Este contacto que nos impide la pandemia, en función del cuidado de todxs, se hace sentir por su ausencia.
Sin embargo, el sentimiento de pertenencia a un conjunto y la interacción con éste, recreando otros modos de acercamiento, funcionan como elementos de protección subjetiva.
La complejidad y dificultades actuales han puesto de manifiesto la importancia de entender e incidir en la producción de subjetividad. Como así también el poder reparatorio de los fenómenos sociales de grupalidad. Remarcamos la necesidad de analizar los discursos hegemónicos y las campañas de inducción que buscan crear consenso sobre ideas que pretenden imponerse. Reflexionar sobre estos temas permite movimientos desalienatorios transformadores.
La huella abierta por las crisis de paradigmas organizadores abre la posibilidad de irrupción de lo novedoso y su incidencia material y simbólica en las producciones de subjetividad. Las múltiples y conmovedoras experiencias solidarias pueden ser modelos identificatorios que contrarresten al individualismo y la violencia sin sentido presentes también en la escena social.

Las prácticas solidarias constituyen mecanismos protectores que refuerzan el lazo social, y ayudan a preservar el psiquismo y la autoestima, como parte de la identidad personal. El camino de la solidaridad, del accionar colectivo, abre caminos esperanzadores.

4 - Dispositivo de acompañamiento virtual en Pandemia.

La pandemia nos enfrentó con nuestra fragilidad frente a la incertidumbre. Lo cotidiano se volvió efímero, y nos enfrentamos a la amenaza de no conocer el "hasta cuándo", y sin embargo necesitamos construir un "mientras tanto". Ante la irrupción de esta realidad angustiosa nos surgió espontáneamente la necesidad de pensar un accionar solidario posible desde nuestro rol profesional. Conformamos así un dispositivo de acompañamiento virtual gratuito para ofrecer a la población.
El equipo se constituyó desde diversas pertenencias: nuestro Capítulo de APSA, el Equipo Argentino de Trabajo e Investigación Psicosocial -EATIP-, y Liberpueblo (asociación que trabaja en la defensa de los derechos humanos).
La trama grupal se fue consolidando sobre dos reuniones semanales. Una destinada a la reflexión sobre la tarea, diseñando un dispositivo de acompañamiento, diferenciándolo de encuadres terapéuticos convencionales. Y una segunda reunión, surgió del registro de la necesidad de compartir en un espacio confiable y de autocuidado, nuestras vivencias, afectos, temores y experiencias por la propia afectación por la pandemia.
Otra modalidad del dispositivo de acompañamiento la constituyen espacios de encuentro grupales con trabajadores de la salud para reflexionar sobre el impacto emocional que representa el trabajar en pandemia.
Con el tiempo se fueron sumando otros colectivos cuyo quehacer cotidiano también se vio fuertemente afectado, con la consiguiente repercusión psicológica, como por ejemplo los docentes.

Revista Sinopsis


Foto: DianaB. 2011.

En cuanto a la tarea, la pensamos especialmente destinada a aquellas personas más humildes y desprotegidas. El primer contacto lo realiza una admisora, creando un ámbito de escucha seguro y confiable para responder a las demandas del o lxs consultantes. Luego se deriva al resto del equipo, y en conjunto pensamos las estrategias a seguir. Algunos casos requirieron otros modos de intervención, incluyendo necesidad de tratamiento farmacológico, contención de descompensaciones severas por la coyuntura o por alteraciones previas, situaciones de violencia familiar, etc, lo que aumentó la complejidad del funcionamiento del dispositivo.
Muchas de las consultas, fueron situaciones críticas de personas y familiares afectados por Covid, y la amenaza y angustia despertadas por el miedo a la muerte y a no recibir la asistencia necesaria.
Ciertas problemáticas se fueron evidenciando con toda crudeza en este tiempo, requiriendo enfrentar situaciones impensables hasta hace unos meses atrás. La fragilidad del sistema de salud y las exigencias de los cuidados infectológicos, desbordando las salas de cuidados intensivos, van deshumanizando prácticas y vulnerando derechos en lo asistencial. Familiares que no han podido despedirse de sus seres queridos, personas aisladas y muriendo en la soledad de las UTI, y profesionales de la salud, sobrepasados y agotados acompañando estas duras vicisitudes y nos interpelan fuertemente.

5 - Violencia de Género. Femicidios. Abuso sexual. Diversidades sexuales. Masculinidades. Legalización del aborto.

Violencia de género:
Las situaciones de violencia de género se han agudizado fuertemente durante la pandemia, dada la convivencia estrecha entre las mujeres y las diversidades sexuales con sus abusadores. Ante esto reforzamos la necesidad de denunciar y exigir que se dispongan las medidas necesarias desde el Estado para prevenir y garantizar derechos. Por eso denunciamos y repudiamos las construcciones ideológicas, pseudocientíficas, que sostienen las violencias por razones de género.
Sostenemos que las violencias de género, los femicidios, los abusos contra las infancias, las redes de pedofilia, son una urgencia en esta pandemia y no silenciamos, naturalizamos ni somos cómplices de estos hechos.
Por eso convocamos a todxs a informarnos e involucrarnos para impedir que continúe este plan sistemático que representa prácticas de tortura para mujeres e infancias, así como para las diversidades sexuales.

Diversidades sexuales:
Las mujeres trans tienen una esperanza de vida menor a los 35 años. Esto se relaciona con la expulsión de los hogares a edades tempranas, con la falta de acceso a la educación, salud y trabajo, generando mayor prevalencia de padecimientos mentales.
Debemos capacitarnos en esta temática, desde una visión despatologizadora, y generar redes amigables para mejorar su acceso a la salud.
Exigimos justicia por los transfemicidios de Diana Sacayan, Ayelén Gomez, Cintia Moreira y tantas otrxs compañerxs que sufren violencia.
Proponemos seguir militando con la fuerza y la esperanza de seguir conquistando derechos como el cupo laboral trans en San Miguel de Tucumán, Santa Fe, Río Negro, Paraná y Buenos Aires.
Deconstruyamos los binarismos para poder reconstruir el lazo social con la diversidad y construir Salud entendida en su sentido más amplio y abarcativo.
Interrupción Legal de Embarazo - ILE/Interrupción Voluntaria de Embarazo - IVE
La interrupción del embarazo es legal en Argentina desde 1921, según nuestro Código Penal, y permite el ejercicio de la autonomía sobre las corporalidades.
Tenemos un Protocolo Nacional que respalda el acompañamiento por parte de profesionales de la salud a toda persona gestante que quiera interrumpir el embarazo y garantiza recursos necesarios para ello. Recientemente CABA adhirió a este protocolo. Debemos continuar luchando para lograr la adhesión federal al mismo y su efectiva aplicación.
Estamos convencidxs que las ILEs son una urgencia también en pandemia y que el acceso a la IVE es una deuda pendiente con las personas gestantes.
Seguimos luchando para que sea Ley.

Masculinidades.
La violencia machista es un problema de los varones que sufren las mujeres y diversidades.
Pensamos que debemos trabajar socialmente para generar masculinidades antipatriarcales desde la praxis feminista y sostener la importancia de la Educación Sexual Integral en todos los ámbitos educativos.

6 - Vulneración de derechos. Violencia institucional contra los jóvenes. Gatillo fácil. Personas en situación de calle.

La profunda desigualdad en las condiciones de vida y en el acceso a la salud entre distintos sectores sociales no son producto de la pandemia ni de la cuarentena, aunque las acentúan con total claridad.
Los sectores más vulnerados tienen menos posibilidades de cuidar su salud. Sabemos que en hacinamiento y sin agua potable no hay prevención posible contra el Coronavirus.
Por eso recordamos, entre muchos otros, el fallecimiento evitable de Ramona Medina por Covid-19, en la Villa 31.
También la falta de electricidad y conectividad en estos barrios disminuye el acceso de lxs niñxs al derecho a la educación a distancia, constituyéndose en una vulneración de sus derechos.
El repetido accionar abusivo por miembros de las fuerzas de seguridad merece el más enérgico repudio. Detenciones arbitrarias, brutales allanamientos ilegales, torturas, abusos sexuales, asesinatos y golpizas ante supuestas violaciones de la cuarentena ocurren en todo el país, especialmente sobre personas jóvenes, de barrios humildes o comunidades originarias.
La excusa es muchas veces controlar el cumplimiento del aislamiento social, pero es notoria la distinción de clases sociales o intereses en juego para definir si reprimir o no, siendo evidente la intención disciplinadora tras el accionar represivo.
En este tiempo denunciamos la desaparición y posterior asesinato de Luis Espinoza, de Lucas Barrios y de Valentino Blas Correa, por mencionar sólo algunos de los casos de “gatillo fácil” más visibilizados.
La desaparición y posterior aparición sin vida de Facundo Astudillo Castro en manos de la Policía Bonaerense el 30 de abril es otra de estas inadmisibles situaciones.
El cuidado de la Salud y el respeto a los Derechos Humanos es una responsabilidad ineludible del Estado.
La emergencia sanitaria no debe habilitar ni justificar ningún tipo de accionar negligente o abusivo por parte de sus instituciones.

7 - Derechos y subjetividad en el personal de salud. Experiencias en los hospitales y centros de atención.

Desde que recibimos las primeras noticias del virus y su rápida propagación, lxs trabajadorxs de la salud fuimos llamadxs a actuar en los hospitales y centros de salud. Estamos respondiendo sin descanso a semejante desafío, cada quien desde su lugar, poniendo tiempo y esfuerzo a disposición de la urgencia. Muchos dejamos de lado miedos y estamos aprendiendo a vivir día a día con una gran cuota de incertidumbre, arriesgando nuestra integridad y la de nuestras familias.

En lo que respecta a la atención en el sistema público, en estos meses de pandemia hemos sido puestos a prueba diariamente y enfrentado innumerables dificultades.
A lo que en principio era una tensa calma y un estado de preocupación por la disponibilidad de recursos como respiradores o equipos de protección personal, se le fueron sumando jornadas de trabajo cada vez más extensas y exigentes física y mentalmente.

El número de infectados fue aumentando y comenzamos a sufrir contagios en nuestrxs compañerxs, a quienes en algunos casos se les había rechazado la solicitud de licencia por factores de riesgo.
La pandemia vino a poner de manifiesto las angustiantes condiciones laborales por las cuales hace años nos venimos movilizando: falta de recursos humanos y materiales, salarios insuficientes y la necesidad del pluriempleo, que en este caso constituye además un factor de riesgo para la propagación del virus. Los hospitales psiquiátricos no son la excepción; allí las condiciones de abandono y aislamiento, en muchos casos se han visto agravadas. Se torna evidente la necesidad de contar con un sistema de atención pública fuerte, articulado, coordinado y con capacidad de respuesta a las necesidades de la población.

Fueron y están siendo indispensables para transitar este momento los lazos de solidaridad entre lxs integrantes del equipo interdisciplinario: médicxs, enfermerxs, psicólogxs, Trabajadorxs sociales, terapistas ocupacionales, kinesiólogxs, farmacéuticxs, instrumentistas, personal de limpieza y administrativo, camilleros, choferes, etc. La crisis nos ha reafirmado que, lejos de actuaciones heroicas individuales, nuestra fuerza se constituye en el trabajo colectivo un amplio sector de la sociedad nos da sus muestras de reconocimiento y acompaña nuestra tarea con el cumplimiento de las recomendaciones de prevención. Es imprescindible que este gran esfuerzo se sostenga y sea complementario a políticas de gestión gubernamental que jerarquicen nuestro trabajo y brinden respuestas a los problemas de salud de la gente, con un enfoque territorial, centrado en la prevención y que promueva la participación activa de la comunidad en la lucha por mejorar sus condiciones de vida.
Según cifras del Ministerio de Salud de la Nación, el 6,7% de la población infectada pertenece al personal de salud, lo que hasta la fecha supone aproximadamente 17.000 contagios y 60 muertes, (al día de hoy son 110) y el 65% de ellos son mujeres. Es por eso que sostenemos más que nunca las exigencias en el cumplimiento de nuestros derechos laborales; necesitamos mejores condiciones para poder responder a las altas exigencias que la situación epidemiológica actual supone y para poder garantizar el acceso a la salud como un derecho universal de nuestro pueblo.

Implicación desde nuestro Rol Profesional.

Como psiquiatras estamos atravesados por la pandemia.
Nos afecta a cada uno de un modo diferente pero nos afecta a todos.
Nos sentimos interpelados en nuestras herramientas técnicas y teóricas y necesitamos construir nuevas estrategias y dispositivos de intervención.
Las demandas idealizadas tienden a reforzar en nosotros nuestras propias fantasías de reparación omnipotente.
El temor al contagio y a la muerte en nuestros pacientes hace eco con nuestras propias ansiedades y fantasías sobre la muerte.
Ante la nueva realidad necesitamos compartir con nuestros colegas ideas, sentimientos, desazones y proyectos.
Sostener la tarea terapéutica en momentos tan críticos nos exige tolerar las frustraciones y el dolor psíquico.
En los equipos de salud, es saludable tener espacios para la elaboración grupal de las ansiedades que produce la tarea y la irrupción de las fantasías más primarias de indefensión.
La angustia, la ansiedad, la tristeza y el temor, no necesariamente son patologizables. Podemos comprenderlas como reacciones esperables ante situaciones traumáticas.
La gratificación en la tarea, constitutiva de nuestra vocación, se sostiene en la continencia, la comprensión y la solidaridad.
La oportunidad de la crisis no se verá en su dimensión acabada hasta su superación. En este tránsito lxs profesionales de la salud mental nos seguiremos sosteniendo y nos reinventaremos y con ello el ejercicio de las ciencias de la conducta podrían ubicarse en su necesaria extensión. Estamos convocadxs a incorporar las nuevas adquisiciones y aprendizajes de la actual coyuntura, entre otras las enormes variables de virtualidad. Como así también la creación de nuevos consensos, desde la convicción que se trata de un trabajo colectivo y capaz de incidir en las políticas de salud pública.

24 de marzo. Memoria Verdad y Justicia.

En el inicio de la cuarentena conmemoramos el 44° aniversario del golpe cívico militar.
Con lxs cuerpxs "distanciadxs" supimos crear puentes virtuales, en un ejercicio colectivo con presencia en el espacio público para afirmar, como siempre lo hemos hecho , la inclaudicable lucha por la MEMORIA, la VERDAD y la JUSTICIA. En las épocas difíciles y complejas de pandemia que estamos atravesando anhelamos que sea posible revertir las dolorosas desigualdades sociales que tan crudamente han quedado en evidencia.
Reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando por la salud mental y los derechos humanos y para alcanzar un mundo más justo y solidario.

Revista Sinopsis


Foto Valeria Fernandez. Título: big bang final Septiembre 2017 Playa Fomento/Colonia Valdense/Uruguay.

Envíe su comentario